Desfile, discursos de reivindicación a las manifestaciones artísticas de Bolivia por parte de grupos de participantes y a cargo de la Organización Boliviana de Defensa y Difusión del Folklore (Obdefolk), presentación de artesanía, danzas de alegría y colorido contagiosos y, desde luego, la gastronomía cochabambina se hicieron sentir el pasado 4 de agosto durante la celebración de las fiestas patrias realizada en Murcia, España.
La mayor parte de los platos ofrecidos durante la jornada, en el festival gastronómico por el aniversario del Estado Plurinacional, fueron elaborados por manos cochabambinas de reconocida sazón en la región. Es el caso de los responsables del “Urkupiña”, Marcial Tuco y Sandra Sahonero, extrabajadores de Puerto Madero; Rosemary Quiroga y familia, del bar restaurante Taquiña; o la cocina de Katty Aguilar, del bar Dávila.
Junto con estos restaurantes participaron, con no menos éxito y sabor reconocidos: la Bendita Terraza, Gaviota, El Dávila, A Lo Bien, Alta Cocina Eventos Miguel Ángel, Distrito 512 y Melissa Confitería
Hubo de todo, desde granizados de canela hasta los acostumbrados chicharrones, piquemachos, sopa de maní, sándwich de chola, asaditos, cuñapés y salteñas, entre otros.
Además de la oferta gastronómica, el evento fue enriquecido por la participación de diversas asociaciones culturales, que mostraron al público las danzas típicas de Bolivia en medio del asfixiante calor propio de la región en las horas pico (hasta 40 grados), lo que no mermó el entusiasmo y energía en los bailarines de las asociaciones, fraternidades y comparsas que trajeron a Murcia la morenada, la diablada o la saya afro, logrando presentaciones muy aplaudidas por su precisión y belleza en los trajes típicos.
Precisamente fueron estas danzas, de los grupos Lorca Cocanis, de la Asociación Cultural Viva Bolivia, y la comparsa Los Picarones, las que ganaron los premios a las mejores presentaciones.
Participaron también Grupo Andino Amazónico, Salay Orgullo Boliviano, Nueva Generación Zapateo, Salay Totana, Grupo de danza Carpe Diem, Caporales sin Frontera de Totana, Pentagrama Chaqueño, Al Ritmo de Saya, Salay Bolivia filial Murcia, Orgullo Boliviano, Orgullo Amazónico (con componentes que llegaron de Suecia para la ocasión), Pujllay (con un participante) y Los Truenos del Valle, además de la presentación especial de Pentagrama Chaqueño, Rider y los Villa Luna y la New Tropical Band.
La participación de niños y niñas en varias de las danzas causó algarabía y reconocimiento de los presentes, que aprovecharon hasta el mínimo espacio de sombra para disfrutar del espectáculo.
Durante todo el evento, asistentes y participantes mostraron consignas en contra de la apropiación de algunas danzas, hecho denunciado por Obdefolk ante organismos internacionales, y se participó de enlaces y transmisiones internacionales junto con decenas de otras ciudades por todo el mundo, reivindicando bailes como la diablada o los caporales, que de un tiempo a esta parte son objeto de manipulación y reinterpretaciones chirriantes, en lugares como Puno (Perú).
Probablemente participaron unas 2.000 a 3.000 personas en toda la jornada y por unas horas todos se rindieron en un sentimiento de nostalgia y orgullo.
ARTESANÍA Casi la mitad del espacio circundante a la pista de baile se reservó para la muestra de artesanía y productos bolivianos, que tuvieron buena acogida y visita de los asistentes al festival, muchos aprovecharon para comprarse un recuerdo de la Madre Patria.
Este año la organización del evento estuvo a cargo, en buena parte, de los propietarios de los restaurantes, con la coordinación y apoyo del Consulado de Bolivia, cuyo vicecónsul, Christian Ortega Alvarez, intermedió con autoridades locales y oficinas responsables de eventos para que todo quedara sobre ruedas.
Y es que hubo que coordinar la seguridad del evento, el acceso a baños, la disposición de las varias sombrillas que hubo que disponer en torno a la pista de baile
El evento no solo fue un espacio de celebración, sino también de encuentro y fortalecimiento de la identidad cultural entre los bolivianos residentes en España. La comunidad boliviana, unida por sus raíces y su amor por la patria, demostró una vez más la riqueza de su cultura y la importancia de mantener vivas sus tradiciones, aun estando lejos de su tierra natal.
Todo tuvo lugar en el auditorio del barrio de Puente Tocinos, desde el mediodía y concluyó a las primeras horas de la noche. Muchos de los allí presentes se fueron a rematar la jornada al concierto de Octavia, impulsado por el empresario local boliviano Omar Muriel. Lastimosamente, la presentación no contó con la asistencia esperada, pero los pocos que pudieron estar presentes disfrutaron de una presentación emocionante del grupo paceño.
Via: Opinión