
Cada año Bolivia celebra el Carnaval con una pasión y fervor que trascienden fronteras. En 2025, las principales ciudades del país, entre ellas, Oruro, Santa Cruz, Tarija, La Paz y Cochabamba se vistieron de gala para ofrecer al mundo actividades únicas que combinan historia, música, gastronomía, fe y alegría.
Patrimonio de la Humanidad
El Carnaval de Oruro, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad” en 2001 y posteriormente inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2008, tiene raíces que se remontan a épocas precolombinas.
Originalmente, los pueblos indígenas de la región realizaban rituales en honor a la Pachamama (Madre Tierra) y otras deidades andinas como el Tío Supay (Diablo) de los paraje mineros y a la Virgen de la Candelaria, según información brindada por la Morenada Central de Oruro, la fraternidad que cumplió 100 años, fundada por la Comunidad Cocanis.
En sus inicios, los mineros organizaban procesiones con trajes de diablos y música ritual. Con el tiempo, se incorporaron comparsas, fraternidades y nuevas danzas como la diablada, la morenada y los caporales.
A partir de 1940, la participación de jóvenes y mujeres masificó el evento, mientras que en la década de 1970, Oruro fue declarado Capital del Folklore Boliviano, impulsando su reconocimiento internacional.
Cada año, más de 28.000 bailarines y 10.000 músicos dan vida a esta celebración, caracterizada por su colorido, simbolismo y devoción. Uno de los momentos más conmovedores es la procesión de la Virgen del Socavón, acompañada por miles de fieles y danzantes que le rinden homenaje.
Además, el carnaval incluye eventos como el festival de bandas y el “mini calvario”, donde los asistentes compran miniaturas que representan sus deseos para el año nuevo. Por tanto, más allá de la fiesta, el Carnaval de Oruro es un símbolo de identidad y resistencia cultural, una manifestación donde la tradición, la fe y la alegría se fusionan en una experiencia única que cautiva a todo aquel que la presencia.
RECONOCIMIENTO MUNDIAL
En 2025, el Carnaval de Oruro adquirió una relevancia especial al coincidir con el Bicentenario de Bolivia y la Unesco otorgó su patrocinio oficial a esta edición, permitiendo el uso de su logotipo junto al emblema de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Este respaldo internacional reafirmó la importancia de la fiesta como patrimonio cultural vivo.
Uno de los momentos más destacados de esta edición fue la participación de los “Nansana Kids”, un grupo de niños y adolescentes de Uganda que, invitados por el gobierno, cautivaron al público con su talento y energía, generando un intercambio cultural único.
Via: Los Tiempos