Sábado, Julio 27
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Cochabamba: Reloj solar, petroglifos y templos hacen ruta turística en Morochata

Existen cuatro figuras en forma de espiral grabadas en una roca de hace más de 10 mil años Antes de Cristo (AC) en la comunidad de Lampaya, municipio de Morochata. Esta es solo una muestra del potencial turístico de este municipio de la región Andina de Cochabamba.

Estos hallazgos, además de otros sitios turísticos conforman un circuito digno de visitar en Morochata, hasta donde se llega atravesando la cordillera del Tunari, desde los valles hasta las montañas. Morocata está a 73 kilómetros de la ciudad de Cochabamba.

Las figuras de Lampaya (a 45 minutos del centro poblado de Morochata, en la vía Vinto – Sacambaya) datan del Periodo Precerámico, que se da entre 10 mil a 2 mil años antes de Cristo.

El pasado fin de semana se realizó una inspección y valoración de sitios arqueológicos y construcciones coloniales y republicanas en el municipio de Morochata.

Javier Fernández, antropólogo del Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, explicó que en esa época, existían grupos nómadas que se dedicaban a la caza, pesca y recolección, y “ellos lo que hacían era representar en la roca y en los lugares que habitaban temporalmente su cosmovisión”. Las figuras podrían estar relacionadas con los animales y personas.

Relacionando el período Precerámico con estas figuras, “quiere decir que hubo gente nómada que recorrió por estos lugares”, afirmó.

Los comunarios de Lampaya asocian con el sol y la luna a dos petroglifos (grabados en roca) que están en forma de espiral.

MÁS DE 50 FIGURAS

Chaupisuyu B es otra comunidad de Morochata (a una hora del centro poblado, también en el camino Vinto – Sacambaya). Allí se observan más de 50 figuras, algunas geométricas, otras tienen parecidos a humanos y víboras. De acuerdo con los expertos, estos grabados también serían de la época Precerámica.

Samuel Oporto, profesional en Restauración y Museología del Ministerio de Culturas, recomendó realizar una medida de primera instancia: la conservación preventiva, debido a que existen grafitis en el lugar, para evitar la erosión continua y deterioro.

La restauración en el marco de una intervención científica implica un proceso largo que se lograría para su consolidación como petroglifos de Chaupisuyu B.

Oporto afirmó que existen “pocos patrimonios con similares características” en Bolivia. Por ello, se debe trabajar en coordinación con el Ministerio, Gobierno municipal y las comunidades para conservar todos los patrimonios arqueológicos.

MUSEO EN UNA ESCUELA

Hubo hallazgos mientras los pobladores araban la tierra y cuando abrían una vía.

En este recorrido, en la comunidad de Lachiraya (situada a 20 minutos del centro de Morochata) se encontraron objetos como vasijas, tazones y otros elementos de cerámica que se relacionan con la cultura Tiwanaku e Incaica.

De acuerdo con el experto, los tiwanakotas se desarrollaron entre los años 400 y 1100 después de Cristo. 

En dichos objetos, se observan “decoraciones y figuras netamente del Tiwanaku”. Sin embargo, la forma de las vasijas no coincide en un cien por cien con las que existen de la cultura Tiwanaku en el altiplano. “Esto refleja la expansión de la cultura Tiwanaku, pero respetando las expresiones locales de los valles”, explicó Fernández.

Los comunarios de Lachiraya encontraron los objetos cuando realizaban arado de la tierra y cuando hacían la apertura de un camino.

Por otro lado, aseguran que existen tumbas donde se estima que hay más restos arqueológicos. 

Todos los objetos arqueológicos se encuentran en un museo improvisado en la escuela de esa comunidad.

Otras vasijas y objetos pre coloniales están conservados en la biblioteca municipal de Morochata. 

UNA DECENA

Dentro del municipio de Morochata existe más de una decena de templos republicanos. La mayoría presenta deterioros.

Una de estas construcciones es el templo San Bartolomé de Morochata. Su construcción data del año 1890. Actualmente, cada domingo el párroco celebra ahí la misa para la comunidad católicag.

En la plaza principal existe una construcción de una casa de estilo colonial. De acuerdo con los vecinos de la zona, la casa fue de un hacendado; posteriormente, pasó a la propiedad del municipio en la década de 1960. Luego, le dieron uso como aulas del colegio Mariano Baptista.  En la actualidad, se encuentra como depósito de la Alcaldía.

En la comunidad de Punacachi Bajo se encuentra una torre de una iglesia colonial. Su construcción data aproximadamente de finales del siglo XVIII.  En medio de los sembradíos sólo se observa parte frontal de la torre.

Darío Callao tiene 60 años de edad. Desde que él era niño vio la torre tal y como se ve ahora. “Mis padres me comentaron que era un templo grande donde ¿cada año realizaban la festividad de Virgen de Rosario, venían de todos los lugares”.

La casa de los hacendados también se ha convertido en un patrimonio dentro de las comunidades de dicho municipio. En la localidad de San Isidro, los pobladores del lugar sueñan convertir en un museo o centro cultural la casa del patrón.

MOLINOS DE AGUA

En tiempos de los patrones, cada hacienda tenía su molino. “Nosotros teníamos dos; uno para moler para chicha de maíz o cebada y otro para harina”, afirmó Claudio Góngora, poblador de la comunidad de San Isidro. Su papá fue parte de la hacienda San Isidro.

Los molinos de piedra tienen un diámetro de cuatro a cinco metros. Funcionaban con la presión del agua del río de la zona.

En la comunidad de Lachiraya, el molino dejó de funcionar desde hace 15 años. Sin embargo, se encuentra en condiciones para volver a moler.

RELOJ SOLAR

En plena plaza principal de Morochata se encuentra un reloj solar de piedra.

El reloj tiene forma cuadrada plana. En el medio está el marcador del tiempo (una varilla metálica) y alrededor, los húmeros romanos para los horarios.

Se puede verificar la hora de acuerdo con la sombra que se proyecta con los efectos del sol.

Después de una verificación, el marcador coincide exactamente con el horario. Este reloj fue hecho en la década de 1900. Los pobladores recurrían antiguamente al reloj solar para verificar la hora, recuerda don Angel Mercado, un vecino de la zona.

Vía: Opinión

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