Por: Preste Mayor – Periódico Digital
El charango, un instrumento de cuerdas de origen andino, se erige como un símbolo indiscutible de la rica cultura musical boliviana. Más que un simple instrumento, el charango encarna el alma sonora de Bolivia, llevando consigo siglos de historia, tradición y pasión.
El charango es una pieza fundamental en la música folclórica de Bolivia. Su origen se remonta a la época colonial, cuando los conquistadores españoles introdujeron instrumentos de cuerda en la región andina. Los indígenas, con su ingenio y destreza, adaptaron estas nuevos instrumentos musicales a sus propias tradiciones, dando lugar al nacimiento del charango.
Desde entonces, el charango ha sido un compañero inseparable en la vida cotidiana y festiva de los bolivianos. Se le encuentra en todas partes, desde las calles de las ciudades hasta las remotas comunidades rurales de los Andes.
Su versatilidad le permite adaptarse a una amplia gama de géneros musicales, desde los alegres ritmos de la morenada hasta las melancólicas melodías de la cueca.
Pero el charango es más que un instrumento musical; es un símbolo de identidad cultural y resistencia. Durante siglos, ha servido como un medio de expresión para las comunidades indígenas, que han encontrado en sus cuerdas una voz para contar sus historias, transmitir sus valores y preservar sus tradiciones ancestrales.
En un país marcado por la diversidad étnica y cultural, el charango se erige como un símbolo de unidad y orgullo nacional.
Hoy en día, el charango sigue siendo un elemento central en la escena musical boliviana, tanto en el ámbito profesional como amateur. Artistas de renombre internacional como Los Kjarkas y Savia Andina han popularizado el sonido del charango en todo el mundo, llevando consigo el espíritu vibrante de la música boliviana a nuevos horizontes.
Además, el charango ha trascendido fronteras y se ha convertido en un símbolo de la identidad latinoamericana en general. Su influencia se extiende a países vecinos como Perú, Argentina y Chile, donde también se ha integrado en sus respectivas tradiciones musicales.
El charango es mucho más que un instrumento musical; es el alma misma de la música boliviana. Su historia, su sonido y su significado cultural lo convierten en un tesoro nacional que sigue resonando en el corazón de todos aquellos que tienen el privilegio de escucharlo y disfrutarlo.