Por: Preste Mayor – Periódico Digital
Enclavada en la majestuosidad de los Andes bolivianos, la Iglesia de Curahuara de Carangas emerge como un relicario de historia y arte. Conocida como la “Capilla Sixtina de Los Andes”, este templo católico, ubicado en el municipio de Curahuara de Carangas en Oruro, es una joya arquitectónica que encierra siglos de legado cultural y espiritual.
Su construcción, que se remonta al año 1587 y culminó en 1608, la convierte en una de las iglesias más antiguas no solo de Bolivia, sino de toda Sudamérica. Declarada Monumento Nacional en 1960, esta obra maestra colonial sigue cautivando con su esplendor arquitectónico y su profusión de murales y pinturas.
Los murales, verdaderas obras de arte al óleo, narran pasajes bíblicos del Antiguo Testamento con un estilo manierista. Sin embargo, lo más sorprendente es su conservación a lo largo del tiempo, gracias al clima de la región que ha preservado estas impresionantes pinturas que adornan sus paredes y bóvedas.
El altar mayor, de estructura barroca, y los retablos renacentistas, enriquecen aún más la experiencia visual y espiritual de los visitantes. En la sacristía, la influencia indígena se hace patente en una decoración exquisita y colorida, que destaca por su dinamismo y belleza.
Este templo, que antaño sirvió como centro de formación de catequesis, es mucho más que un sitio religioso. Es un testimonio vivo de la fusión cultural entre las tradiciones europeas y las ancestrales de los pueblos originarios. Un lugar donde el sincretismo religioso y cultural se manifiesta en cada rincón, recordándonos la riqueza y diversidad de la historia boliviana.
La Iglesia de Curahuara de Carangas invita a sumergirse en un viaje en el tiempo, donde pasado y presente convergen en una experiencia única que nos conecta con nuestras raíces y nos maravilla con la grandeza del arte colonial.